jueves, 15 de marzo de 2012

Modificación de escaños

Visto lo anterior cabría pensar que el problema radica en el sistema mayoritario, en el que se le da todo al ganador de cada distrito (sea un escaño o varios), y que el problema se resolvería si hubiera un puñado de escaños por distrito y el reparto de los mismos fuera proporcional a los votos. Resulta que no es así, efectivamente el sistema mayoritario amplía la desproporción, pero no es el único causante.

Para explicar bien esto pondré un ejemplo real, las elecciones de Castilla-La Mancha en 2011. Se reparten los escaños entre sus cinco provincias (Guadalajara, Toledo, Cuenca, Ciudad Real y Albacete), después se asignan los escaños de cada una de las provincias a los partidos que se han presentado en ellas, de forma proporcional a los votos. Puede ocurrir (y ocurre) que un partido gane en  una provincia y pierda en las otras cuatro, que pierda globalmente. Si la diferencia en cada provincia, entre los dos grandes partidos, fuera pequeña y la única provincia en la que ha ganado un partido fuera la que tiene un numero impar de escaños, ese partido tendría más escaños aunque tuviera menos votos.

Esto mismo es lo que intentó el presidente Jose María Barreda al cambiar de 47 a 49 el número de escaños totales, las provincias que recibían los nuevos escaños eran Toledo (que pasaba a tener una cantidad par de escaños) y Ciudad Real (que pasaba a tener número impar). Ciudad Real es la única provincia en la que ganó el PSOE, pero ocurrió que en Guadalajara el PP sacó tanta ventaja que se llevo 5 de los 8 diputados asignados: GAME OVER









Si en Guadalajara 5.241 personas hubieran votado PSOE en vez de PP el resultado habría sido:
PP 58.878
PSOE 54.192
(4 escaños para cada uno)
Y en total:
PP 559.094
PSOE 513.957

Victoria en votos para el PP (con solo 24 diputados) y derrota para el PSOE (con 25 diputados que le dan mayoría absoluta).
Lo que demuestra que es posible caer en el mismo problema comentado en entradas anteriores al haber varias circunscripciones electorales. Aquí no se trata de modificar los distritos o sobrerrepresentar un territorio, basta con variar el número de escaños del Parlamento.

Algo parecido tenía en mente el presidente andaluz Jose Antonio Griñán, pero a lo bestia, planeaba subir el número de escaños del parlamento de 109 (ha permanecido así desde que se creó el Parlamento andaluz en 1982) a 135, para que los escaños se repartan también entre UPyD y PA; no sólo entre IU, PSOE y PP, de ese modo aunque el PP ganase no obtendría mayoría absoluta, pero ha acabado desechando esta idea al conocer la decisión de UPyD de no garantizar un pacto con PSOE y la de PA de negociar con PP.

Explicaré más adelante la forma en que se asignan escaños a cada circunscripción y el funcionamiento de los sistemas "proporcionales", temas que hasta ahora he nombrado de pasada.

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