martes, 14 de febrero de 2012

Listas abiertas

En entradas anteriores he explicado el sistema electoral del Congreso español, es parecido el de las elecciones locales (pero en circunscripción única y barrera del 5%), regionales (donde cada Comunidad Autónoma fija su barrera porcentual mínima y donde las circunscripciones son las provincias, salvo en Asturias que se divide en 3, en Murcia que se divide en 5 y en los archipiélagos donde las circunscripciones son las islas) y europeas (donde se reparten los escaños asignados a España, fueron 50 en las elecciones de 2009, en circunscripción única y sin barrera electoral). En todos los casos las listas son bloqueadas y se usa Hare para repartir los escaños entre las circunscripciones (si hay más de una), después de dar un mínimo inicial a cada una y D'Hondt para repartir los escaños entre los partidos en cada circunscripción.

En cambio, el Senado español utiliza un sistema electoral completamente distinto al de las 4 elecciones descritas. Se reparte 1 escaño en la agrupación de Ibiza y Formentera y en cada una de las islas pequeñas (Menorca, la Palma, el Hierro, la Gomera, Fuerteventura y Lanzarote), 2 escaños en cada una de las Ciudades Autónomas (Ceuta y Melilla), 3 escaños en cada una de las islas grandes (Gran Canaria, Tenerife y Mallorca) y 4 escaños en cada provincia peninsular. Se llevan los escaños de cada circunscripción los candidatos más votados en la misma.

Para la votación de candidatos en cada circunscripción se utilizan listas abiertas, es decir, el elector puede votar a los candidatos de su preferencia sin importar su partido (en la práctica es como si todos los candidatos se presentaran por libre), dispone de tantos votos como escaños se repartan en su circunscripción electoral (en el caso de que sean 1 ó 2) o uno menos (en caso de que sean 3 ó 4) para permitir que una opción minoritaria obtenga representación.

En general, en una votación en que se han de elegir varios candidatos, las listas pueden ser bloqueadas, desbloqueadas o abiertas. Son bloqueadas cuando el votante debe elegir una de las listas de candidatos presentadas, sin poder alterar la composición de la lista ni el orden de los candidatos; son desbloqueadas cuando el votante debe elegir una lista pero puede alterar el orden de elección de los candidatos (votando a uno o varios de ellos u otorgando votos negativos a los que le disgusten) y son abiertas cuando el votante debe elegir un número de candidatos sin importar en qué lista esté cada uno o en qué orden. Los dos primeros tipos reciben el nombre genérico de listas cerradas (al no ser abiertas).

Las listas abiertas o elección independiente de los candidatos cobra sentido (incluso es el único sistema posible) cuando los candidatos son independientes unos de otros y no tiene sentido su agrupación por la naturaleza de los cargos en elección (los jueces de un tribunal, los 5 mejores economistas de la historia, Miss o Mister Universo, candidatos a diputados en unas primarias salvo que se trate de una coalición de partidos donde realmente haya corrientes diferenciadas, el concurso de Eurovisión...), pero en el caso de que los candidatos semejantes (los que tengan el mismo programa electoral, por ejemplo) deban agruparse para no obstaculizarse entre ellos, las listas abiertas pierden el sentido. Una vez que el elector se ha decantado por un programa (o conjunto de ideas) frente a otros, no tiene mucho sentido que pueda elegir a un defensor de esas ideas y otros en desacuerdo con ellas. En este sentido, parecen más lógicas las listas desbloqueadas, para seleccionar favoritos dentro del grupo elegido.

El motivo principal por el que suelen adoptarse las listas abiertas es porque permiten implantar un sistema mayoritario (no proporcional) que goce de la simpatía de los votantes. Si, tras la votación, se toman los candidatos independientemente unos de otros y se consideran elegidos los más votados (como es el caso del Senado español) el sistema es claramente mayoritario (en este caso, corregido en Tenerife, Gran Canaria, Mallorca y las provincias peninsulares para que el segundo partido también obtenga un escaño) donde reciben los escaños los candidatos del partido mayoritario.

Los resultados de las elecciones al Senado confirman lo dicho anteriormente, una vez que el votante ha elegido un partido, ideología y programa ante otros, vota a candidatos de ese partido, todos los candidatos que puede (salvo enemistad con alguno de ellos); por lo que en las provincias peninsulares, por ejemplo, el votante de un partido mayoritario votará a los 3 candidatos que presenta el partido (no presentan más por miedo a que los votos se dispersen demasiado) y supone (salvo casos muy raros) que el partido más votado en las elecciones al Congreso (siempre se han celebrado a la vez) recibe 3 escaños en el Senado y el segundo partido recibe 1 (sale elegido el más carismático de los 3 candidatos). Del mismo modo ocurre en Tenerife, Gran Canaria y Mallorca donde el primer y el segundo partido se llevan 2 y 1 escaños respectivamente y en las demás circunscripciones el ganador se lleva todos los escaños.


Los partidos minoritarios, conscientes de que no llegarán a ser el partido más votado, suelen presentar 1 candidato al Senado en las provincias peninsulares (en raras ocasiones 2) con la esperanza de que algunos votantes usen sus 3 votos en 3 candidaturas minoritarias distintas, por si la suma de los votantes de varios partidos logra superar a los del segundo partido y pueden llevarse alguno de ellos el cuarto escaño.

Un ejemplo a medias de esta estrategia es la del pacto tripartito Entesa Catalana de Progrés, compuesto por PSC, ICV y EUiA en las elecciones de 2011 y PSC, ICV y ERC en las elecciones de 2008, cada uno de los partidos aporta un candidato con la intención de que la suma de los votos de todos ellos les convierta en los más votados (superando a CiU) y puedan llevarse los 3 escaños (1 para cada partido) en vez de competir entre ellos por el segundo puesto y llevarse 1.

Existe también una tercera posibilidad, en vez de ir a por mayorías (con 3 candidatos) o a por minorías (con 1), consiste en intentar el pleno (llevarse los 4). Para que ese entienda bien esta táctica pondré un ejemplo:

(Llamo a los partidos A,B,C... y a los candidatos de A a1, a2, a3... a los de B b1, b2...)

a1: 20.000 votos
a2: 20.000
a3: 20.000
b1: 4.500

b2: 4.489
b3: 4.459
c1: 1.321
..............................................

Resulta que a1, a2, a3 y b1 son los 4 senadores (3 de A y 1 de B). En cambio, si A presenta 4 candidatos y los 20.000 votantes de A se organizan, pueden hacer esto:

5.000 votan a a1, a2 y a3; 5.000 a a1, a2 y a4; 5.000 a a1, a3 y a4; y 5.000 a a2, a3 y a4.

Nuevo resultado:
a1: 15.000 votos
a2: 15.000
a3: 15.000
a4: 15.000

b1: 4.500
b2: 4.489
b3: 4.459
c1: 1.321
..............................................

Por lo que A consigue 4 senadores. Una forma de dividir a los votantes en 4 grupos es por el orden alfabético de sus apellidos (a-f, g-l, m-q, r-z). Como se puede observar, los 4 candidatos se llevan 3/4 de los votos del total de votantes de ese partido, si ese total es más que 4/3 de los votos del segundo partido (33% más que este) se logran los 4 escaños.

Tras hacer los cálculos sobre las elecciones de 2011, veo que no es factible en Asturias, Huelva, Sevilla, Córdoba, Jaén, Granada, Álava, Guipúzcoa, Vizcaya, Gerona, Tarragona, Lérida y Barcelona. En todas las demás el Partido Popular podía haber obtenido el cuarto escaño contando sólo con sus votos. Además, en Gran Canaria, Tenerife y Mallorca, donde se reparten 3 escaños, al tener el PP más de 3/2 de los votos del segundo partido (50% más), podía acceder también al tercer senador. En total serían 37 senadores para el PP que perdería el PSOE.

Por otro lado, en Asturias, el PP podría haberle dado el cuarto senador al FAC (los votos de PP y FAC sí que son suficientes), además de que en las elecciones al Congreso, PP y FAC en coalición habrían obtenido 5 escaños (en vez de 3+1, le quitarían ese quinto escaño al PSOE) por lo que les compensaría ayudarse a conseguir un diputado más para PP y un senador más para FAC.

En Granada el PP podría darle el último senador a IU, si hubiera querido agrandar la derrota del PSOE. Además, en Sevilla IU podría haber votado al PP, convirtiéndolo en el más votado en el Senado (3 senadores en vez de 1) para obligar al PSOE en las próximas elecciones a coaligarse con ellos, para recibir 2 escaños PSOE (en vez de 1) y 1 para IU. También le habría bastado a PP con los votos de UPyD para convertirse en mayoritario en Sevilla.

En las provincias catalanas, CiU + PP habrían ganado holgadamente, yendo 8 escaños para CiU y 4 para PP (otros 4 para Entesa). Pero si CiU se niega a coaligarse con PP, pueden los votantes de este último castigar esto votando a Entesa (con lo que CiU se habría quedado con 4 escaños en toda Cataluña y a las siguientes elecciones se vería obligado a pactar con PP).

En las provincias vascas está el caso más raro:
Una alianza entre PNV y PP habría supuesto que el PP le arrebataría al PSOE su escaño en Vizcaya y el PNV al PSOE su escaño en Álava, además de que PNV+PP habrían ganado en Guipuzcoa (PNV pasaría de 1 a 2 escaños y PP de 0 a 1) y Amaiur perdería 2.

Pero una alianza PP+PSOE también habría tenido sus frutos, siendo la primera fuerza en Vizcaya (PSOE pasaría de 1 a 2 y PP de 0 a 1) y PNV perdería 2. En Guipuzcoa no desbancarían a Amaiur pero le quitarían al PNV su escaño, que iría tal vez para el PSOE. Y en Álava se mantendría la situación actual.

Por último, en las islas menores de canarias podrían pasar cosas raras (en las de Baleares estaba todo decidido), por ejemplo el PP podría lograr que el escaño del Hierro pasase al PSOE (lo obtuvo CC), chantajeando a CC para que la próxima vez (a cambio de asegurar su escaño en Hierro) ayuden al PP a desbancar al PSOE en la Gomera.

Pero una alianza PSOE+CC sería lo más productivo para ambos partidos, que crecerían a costa del PP: en La Palma y Lanzarote ganaría PSOE y en Fuerteventura ganaría CC, logrando además uno de los escaños por Tenerife.

Todo esto puede parecer rocambolesco y desde luego no se hace actualmente por la dificultad de explicar el truco a los votantes, el escaso beneficio (un senador en cada circunscripción en que se haga, siendo el Senado una cámara de escaso poder) y el deterioro de la imagen pública del partido que comience estas prácticas; sin embargo, se hizo en España durante el periodo de la Segunda República.

Una forma de evitar que las listas abiertas se conviertan en un sistema mayoritario es tener en cuenta la lista a la que pertenecen los candidatos durante el recuento para hacer un reparto proporcional a los votos de cada lista (la suma de los votos de todos los integrantes de ella), adjudicando luego los escaños de cada lista a los más votados de la misma, lo que sería en la práctica un sistema de listas desbloqueadas.

Debo recuperar ahora la idea del último párrafo de la entrada anterior, si el elector vota al candidato que desee de la lista que quiera y se hace el reparto de escaños a cada lista con D'Hondt, en circunscripción única y sin barreras electorales, tenemos como consecuencia un sistema exactamente igual de proporcional que el reparto equitativo puro (efectivamente cada escaño, desde el primero hasta el último, le ha costado lo mismo a cada partido) combinado con la posibilidad de votar al candidato preferido alterando el orden de la lista; es decir, los más votados y no los primeros de la lista, son los que obtienen los escaños del partido. En este caso el votante de un partido puede elegir entre muchos, mientras que en el Senado elige 3 de 3, 2 de 2 ó 1 de1, es decir, no elige.


En la siguiente entrada veremos otra forma de mejorar este sistema.

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